La imagen es… ¿Nada?


la sed es todo… Que dicotomía más “dicotómica” diría tal vez el gran profesor Salomón, mentor de muchas cosas “arraun de wor”. Haciendo un enlace con el tema anterior, quiero referirme al concepto de imagen definida como “percepción que tienen las personas de una cosa“. No podemos argumentar bajo ninguna circunstancia que la imagen es nada, por que aún así, estás creando una imagen mental en los consumidores, y por lo mismo estás dando vida a un nicho de mercado orientado a aquellos que creen que la imagen no vale nada, pero a su vez se están identificando con el mensaje y proyectan una imagen cuyo discurso es “no importa como me vean”. En resumen, la imagen no puede ser nada. Toda acción es comunicación, por lo tanto siempre se estará configurando una imagen a partir de nuestras acciones.
Usted señor o usted señora, joven o “mayorcito”, si pretende comenzar una empresa o ya está embarcado en ese proyecto tiene que tener en cuenta este concepto de la imagen. Todas sus acciones dentro de su empresa, que afecten directamente a sus clientes, conllevan a construir imagenes o percepciones de quién es usted (empresa) y en qué segmento tiene espacio (Empresa responsable, irresponsable, mediocre, con proyección, etc), esto ayudará a que su organización sea sustentable en el tiempo. Voy a exponer el siguiente caso para ejemplificar el tema:
Hubo un tiempo en que coexistieron dos organizaciones que hacían el mismo trabajo, ambas con presencia en el pequeño mercado en el cual se movían. La economía chilena tuvo un auge tremendo que duró algunos años, la empresa “A” hizo fuertes inversiones en materiales e insumos, mientras que la empresa “B” se preocupó de sus procesos y calidad de trabajo, lo cual implicaba capacitar a sus trabajadores y organizar a través de protocolos laborales el accionar de cada departamento. Si bien, la empresa “A” comenzó a tener utilidades inmediata no pudo controlar el proceso de venta, lo que significó que a corto plazo fuese catalogada como una empresa mediocre, preocupada de la venta y no de sus clientes (Percepción=Imagen). Por su parte la empresa “B” comenzó a ser solicitada, ya que sus clientes comenzaron a recomendarla y se ganaron el prestigio del entorno en el cual competían, sus clientes agradecían la eficiencia, el correcto flujo de las ventas, el feedback entre organización y proveedor, etc. Esto significó la proyección de la organización, su rentabilidad y sustentabilidad en el tiempo. La organización se dedicó a posicionar un concepto de ellos (o varios, calidad, cumplimiento, capacidad, etc.) lo que a fin de cuentas se convirtió en la imagen o la percepción por parte de sus clientes. Esto es lo que se llama el “valor agregado” o la experiencia con la marca.
Así es que, ¿la imagen es nada?… por favor, no tratemos de engañar a las personas… “las cosas como son”.

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